Entusiasta de la Naturaleza y los Viajes
Finalmente llegué a la casa Idex, un lugar exclusivamente para voluntarios; ahí se duerme, come, planea y se concentran; pero todas las actividades son fuera de ahí.
La persona que nos recibió y explicó todo se llama Manu (ya le dije tocayo); un tipo bastante agradable que lleva años en estos temas del voluntariado.
¿Qué hace Idex? Tiene programas por varios países y trabaja coordinando voluntarios de todas partes del mundo. Inventaron una especie de manera de hacer voluntariado al mismo tiempo que haces turismo; se llama “turismo con causa”.
La logística implica que tú pagas tu vuelo hasta donde tengan programas (India, Nepal, Tailandia, inclusive México), acuerdas con ellos un plan de varias semanas para participar en determinado programa y ellos te colocan en cierta actividad acorde a tus preferencias.
El dinero que pagas funciona para mantener la casa de voluntarios; ellos te dan alojamiento y comida, y tú aportas tu ayuda o apoyo al programa. De la mano de todo esto, te programan actividades adicionales a las del voluntariado: ir a cenar con una familia local, clases de yoga, meditación, baile típico, etc. Justo pensando en que sea labor humanitaria, pero sin dejar de lado la parte turística.
El día de mañana empiezo, hasta ahora me ha tocado conocer dónde dormiré -compartiré cuarto con una persona de Brasil (que no le gusta el fútbol por cierto)-. También he conocido las instalaciones y un poco de la comida, como ya vengo tan advertido por todo el mundo de que me voy a enfermar, solo comí arroz, pepinos y una mandarina (aquí le dicen naranja), mi gran pelea con ellos fue demostrarles la diferencia entre naranja y mandarina. ¿El resultado? Me ganaron. Ya le llamo naranja a la mandarina.
Lorem fistrum por la gloria de mi
Lorem fistrum por la gloria de mi
Lorem fistrum por la gloria de mi
Lorem fistrum por la gloria de mi
Lorem fistrum por la gloria de mi
Lorem fistrum por la gloria de mi