Cada esquina en India es un contraste; belleza en un espectacular monumento y cerca ver quizá una casa cayéndose a pedazos; y eso para los que tienen casa. Otros están sólo ahí: en la calle, en los parques, o en las plazas. Sin prisa, sin urgencia, ni queja.
Es sorprendente cómo la gente en India es tan feliz con tan poco; tienen recursos limitados, pero no parecen necesitar más; son plenos. La gente en este país tiene una actitud continuamente optimista y cada que pasas a su lado te miran con genuina curiosidad y entre sonrisas. No hay malicia. India es pura buena energía…
He tenido la oportunidad de visitar diferentes países alrededor del mundo, pero pocos me han tocado de la manera que lo hizo India. India te cambia, pero también, se queda contigo…