10 Jul En el mar de La Paz
Desde octubre del 2019, La Paz presume una nueva cara, esta se luce por todo lo ancho del Malecón, recientemente renovado y que ahora luce 16 esculturas, varias con conexiones al mar: se ve a una sirena y un delfín, una ballena, una vaquita marina con su cría y quizá el animal más representativo de La Paz: un tiburón ballena.
El tiburón ballena es una especie que habita en los océanos y mares cálidos, cerca de los trópicos, y que en México puede encontrarse en Hollbox y en La Paz, donde las excursiones han sido reguladas para cuidar al máximo esta especie en peligro de extinción según la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza).
Interactuar con un tiburón ballena
La experiencia para conocer al tiburón más grande del mundo inicia temprano en la mañana en las oficinas de On Board Baja (ubicadas en la Marina Cortéz); aquí se llena una forma y se recoge el equipo necesario para la actividad: chaleco salvavidas, aletas, visor y snorkel.
Luego se aborda la embarcación, y ya en el mar, se pide permiso para poder salir hacia la zona designada; esto es importante pues solamente 14 barcos a la vez tienen autorizado estar en el área donde está el tiburón ballena. Cada uno tiene que pasar por una serie de regulaciones y contar con una licencia; todo para garantizar la seguridad de la especie, y de los visitantes.
Después solo hay que armarse de paciencia, pues encontrar un tiburón puede tomar minutos, u horas, ya que como son animales que no salen a la superficie, los guías deben identificarlos solo por su sombra. Cuando el capitán encuentra uno, el guía nada hacia él, y si lo visualiza, hace una seña levantando el puño; eso significa que es tiempo de nadar hacia ese punto.
La experiencia de tener un tiburón ballena, en su hábitat natural, a metros de distancia es indescriptible; el corazón se emociona, la piel se eriza, la conciencia no puede creer que ahí hay un animal tan increíble, y tan grande (los adultos miden en promedio 7 metros, pero hay hasta de 18 m); realmente se dimensiona que los humanos no somos nada a comparación de especies como esta.
Los tiburones parecen no inmutarse por la presencia de los humanos y solo continúan con su objetivo: buscar plancton, que ingieren en grandes cantidades.
La inmersión se repite en varias ocasiones, y dependiendo la suerte, se puede conocer uno, dos, tres o más tiburones que se distinguen por la forma y distribución de sus pequeñas y distintivas manchas blancas.
En el mar, la vida es más sabrosa
Después de la emoción, y del ejercicio en el mar, al regreso se puede tomar un taxi, una bicicleta compartida (como las del programa Ride La Paz) o solo caminar a un restaurante típico.
Los Paseños recomiendan el Bismarkcito, donde son deliciosas las empanadas de Marlin, los tacos de manta y es muy famosa la langosta, o Mariscos los Laureles, donde se come un coctel y un ceviche fresquísimo que se prepara a la vista en un carrito.
Para el postre son muy populares los helados La Fuente, que están abiertos hasta la medianoche y que se disfrutan mucho mientras se camina por el malecón.
Un descanso con vista a la Bahía
En una de las mejores ubicaciones de La Paz, se encuentra Casa del Mar, un hotel boutique de solo nueve habitaciones en donde tres tienen una vista privilegiada al Malcón y a la Bahía de la Paz, parte del Mar de Cortés.
Los cuartos están ocupados con cocineta, comedor, y televisiones inteligentes para ver plataformas digitales.
Otro de sus grandes atributos es el restaurante, donde se puede iniciar el día con un desayuno nutritivo y delicioso como bowl de acai o de matcha, jugos y smoothies naturales o distintas variedades de huevo: benedictinos, griegos (con salsa de tomate, yogurt griego y pepino) o Jaiba (con machaca de jaiba y salsa de chipotle).
Si se prefiere algo dulce, hay hot cakes de plátano y avena, de frutos rojos o de matcha, además de roles de canela que se hornean diario.